16 feb 2010

PARTE 2: Suuuuuper megaposteo por el cumpleaños de Joaquín ♥


¡Hola chicos! Acá se viene la segunda entrega... Aquí tienen inéditos y algunas curiosidades del flaco de Úbeda... Enjoy!


TEXTO QUE APARECIÓ EN UN FOLLETO DEL CONCIERTO QUE JOAQUÍN DIO EN MURCIA EN ABRIL DE 2000:


"A los catorce (parece que fue ayer), el rey Melchor se lo hizo conmigo y me trajo, por fin, una guitarra. Aquel adolescente ensimismado que era yo, con granos y complejos, en lugar de de empollar física y química, mataba las horas rimando, en un cuaderno a rayas, versos llenos de odio contra el mundo y los espejos. El mundo, lejos de sentirse aludido, seguía girando (que es lo suyo), desdeñoso, sin importarle un carajo mi existencia. Y los espejos, cabrones, en vez de consolarme con mentiras, más o menos piadosas, me sostenían cruelmente la mirada.Vivía en un sitio llamado Úbeda. Algunas noches, mientras mis padres dormían, me daban las diez y las once y las doce y la una practicando con sordina, en mi flamante guitarra, los acordes de "blanca y radiante va la novia", o iniciándome en el furtivo y noble arte de la masturbación, o suspirando por mi vecina, una rubia de bote que suspiraba por un idiota moreno que tenía una bici de carreras y jugaba al baloncesto. Sólo se me ocurrían tres maneras de atraer su atención: triunfar en el toreo, atracar un banco o suicidarme. Lo malo es que las tres exigían una sobredosis de valor que yo (¡ay de mí!) no poesía. Yo poesía mi cuaderno rayas cada vez más lleno de ripios contra el mundo, mi guitarra, cada día más desafinada... Y un plano del paraíso, que resultó ser falso. Y la vida, previsible y anodina, como una tarde de lluvia en blanco y negro. Pero en la pantalla del Ideal Cinema, cuando no daban una de romanos, el viento golfo de Manhattan le subía la falda a Marilyn y era domingo, y no había clase, y los niños de provincias soñábamos despiertos y en technicolor con pájaros que volaban y se comían el mundo. Y el mundo que quería comerse los pájaros que anidaban en mi cabeza... pongamos que se llamaba Madrid.Así que un día me subí, sin billete de vuelta, al vagón de tercera de uno de aquellos sucios trenes que iban hacia el Norte, me apeé en la estación de Atocha y aprendí que las malas compañias no son tan malas y que se puede crecer al revés de los adultos; y supe, al fin, a qué saben los aplausos y los besos y el alcohol y la resaca y el humo y la ceniza, y lo que queda después de los aplausos, y los besos y el alcohol y la resaca y el humo y la ceniza. Tal vez por eso mis canciones quieren ser un mapamundi del deseo, un inventario de la duda, siete crisantemos con espinas. Y, cuando las cartas vienen malas y amenaza tormenta y losdioses se ponen intratables y los hoteles no son dulces y todas las calles se llaman Melancolía, todavía fantaseo con debutar sin picadores o con desvalijar sucursales de Banesto o con probar mi suerte a la ruleta rusa, pero ahora, en lugar de tirarme en las Ventas de espontáneo, o de escribirle una carta póstuma al juez Garzón, o de ahorrar para una Smith & Wesson del especial, escribo en technicolor la canción de las noches perdidas, para vengarme de tantas tardes de lluvia en blanco y negro, de tantos hombres de traje gris, de tantas rubias de bote que se van con idiotas morenos que juegan al baloncesto, de tantas bocas adorables que nunca fueron mías, que nunca serán mías.Aquellos granos trajeron estas cicatrices y aquellos mihuras que nunca toreé me cosieron a cornadas el alma.Pero no me quejo; tengo amigos y memoria y risas y trenes y bares y una mala salud de hierro y un puñado de canciones recién salidas del horno que me tienen (dejadme que os lo cuente) orgulloso como un padre primerizo que babea. Y, de cuando en cuando, una rubia de bote me tira un beso, desde el público, aprovechando un despiste de su novio; ese idiota moreno que juega al baloncesto.¿Que a qué viene todo esto? Pues a que anochece y está lloviendo y los periódicos hablan de eleccionesy yo no sabía cómo hablaros de esta boca que es, desde ahora y para siempre, más vuestra ya que mía."


CANCIÓN COMO LA LLUVIA EN BUENOS AIRES (1996):

Cuando las cartas salen malas

y van los dioses a lo suyo

cuando la luna es un anuncio de neón

cuando el silencio te acorrala

y te hipotecan el orgullo,

cuando el crepúsculo te pega un bofetón,

cuando las calles se amontonan

cuando los sueños se marchitan

cuando el teléfono se olvida de sonar

cuando las drogas decepcionan

cuando la sangre se encabrita

cuando los bares coleccionan soledad.


Y demasiadas pocas veces

se merece a vida una canción

y demasiadas madrugadas

amanece nublado el corazón

y demasiadas noches paso durmiendo solo

al raso bajo el reloj de la puerta del sol

con un frio del demonio

preguntandole al otoño

quien le puso ese nombre de estación.


Cuando se afilan las navajas

cuando conspiran los espejos

cuando enloquecen las agujas del reloj

cuando se rompen las barajas

cuando los niños nacen viejos

cuando la carne sabe a carne de cañon

cuando los angeles blasfeman

cuando las cartas llegan tarde

cuando la aurora es una nueva decepción

cuando los besos envenenan

o cuando llueve en Buenos Aires

cuando se pone el sol en la imaginación.



FRAGMENTO DE LA ENTREVISTA REALIZADA POR DIARIO UNO, DE MENDOZA:


A poco de llegar a Mendoza, ¿cómo te está yendo en esta visita sudamericana?

Excepcionalmente bien y la visita ha sido muy conmovedora para mí, porque yo la había planeado como una despedida de los grandes escenarios, y nos está yendo tan bien en esta gira, la más larga que hemos hecho en la Argentina, que sólo queremos que siga y que siga y que siga, y que no pare nunca.
De lugares chiquitos, ni hablar. Pero, ¿se puede generar lo mismo en un show, íntimo pero con mucha gente?

Bueno, eso es lo que estamos tratando de conseguir. Fue fantástico lo que pasó en la cancha de Boca, con 40 mil personas, que a ratos, en las baladas, hacían parecer que estábamos en un teatro, con la gente al lado. Eso es lo que queremos.
Contanos sobre Vinagre y rosas, que es la excusa de este concierto: un disco que nació en Praga y merced al desamor de Benjamín Prado, tu compañero de aventuras en las letras de las canciones…

Sí. Como dicen en mi pueblo, se juntaron el hambre y las ganas de comer. Yo estaba con una cierta placidez doméstica, que es un territorio donde no se me suelen ocurrir canciones. Para mí las canciones nacen de la desesperación. Y encontré a un amigo desesperado, Benjamín Prado, que acababa de romper una relación amorosa. Y una noche con muchas copas, sin creerlo ni él ni yo, nos dijimos: “Vamos a irnos a Praga a escribir canciones”. Y al día siguiente estábamos allí, donde escribimos este disco.
Un disco en el que precisamente se destaca la sedosidad de esas letras. Ahora bien, si Joaquín Sabina busca auxilio para escribir letras, ¿qué queda para los demás? ¿Fue un poco como “vampirizar” el estado emocional de Prado para exprimir las canciones?

Sí, pero es que a mí me gusta mucho la amistad, y me gusta perderme en ciudades extrañas y recoletas, y hermosas como Praga. Y la verdad que cuando me fui con Benjamín yo pensaba curarlo a él de sus males de amores, y escribir canciones era sólo una excusa. Claro que después salieron canciones que nos gustaron mucho a los dos. Pero la verdad fuimos a curarnos de cosas distintas y a disfrutar de la amistad.
Una amistad que se ve bien reflejada en Romper una canción, el libro que escribió Benjamín Prado y cuenta la “cocina” del disco. ¿Cuáles de esas canciones son las que te terminaron quedando más cerca del corazón?

Justamente las que cantaremos en Mendoza. Cantaremos seguramente Cristales de Bohemia, que es una canción de amor a Praga, cantaremos Vinagre y rosas, Tiramisú de limón, Embustera, y alguna más. Yo no edito canciones que no sienta, que no tenga cerca del corazón. Por eso tardo tanto en editar discos nuevos: porque tiro muchas cosas a la basura.

4 comentarios:

Conla dijo...

No voy a ver a sabina porque toca en la cancha de boc*, no es que sea muy de river, porque la verdad es que me chupa un huevo, hace mucho que no le doy bola al futbol, pero esa cancha no la quiero conocer.

me da cosita. :P

Anónimo dijo...

Grande Joaquín!! Tus palabras son mágicas, un lindo ejercicio de prosa poética en estos tiempos... El show que dió en la cancha de Colón (Santa Fe) fue maravilloso, inefable... Muy lindo el blog, Vale!!

Anónimo dijo...

un groso sabinitass

Martín dijo...

DE LO MEJOR
UN BESO